
Los hi-fi bars se abren paso en España como la nueva meca para melómanos: locales donde la calidad del sonido es tan importante como el cóctel que se sirve. Herederos de una tradición japonesa de las décadas de 1960 y 1970, estos espacios apuestan por una acústica impecable y una selección musical cuidadosamente curada con vinilos como protagonistas para ofrecer una experiencia sensorial que trasciende la comida y la bebida.
La raíz de esta tendencia está en el ongaku kissa, cafeterías japonesas dedicadas a la escucha atenta y de alta fidelidad, descendientes directas de los jazz kissa nacidos en 1926. La chispa que reactivó la idea a nivel global surgió en el restaurante Kaijitsu, cuando el compositor Ryuichi Sakamoto, insatisfecho con la música ambiental, propuso crear listas exclusivas sin incluir sus propias obras.
Ciudades como Barcelona, Zaragoza y Madrid ya cuentan con referentes consolidados de esta corriente. Espacios como Lonely Bar, Moonlight o Proper Sound han invertido en sistemas analógicos de alta gama, interiores diseñados para absorber el sonido y colecciones musicales seleccionadas con precisión. En ellos, la música no acompaña, lidera. Bartenders, DJs y coleccionistas trabajan en sintonía para crear atmósferas que evocan la intensidad de un concierto íntimo.
Uno de los casos más emblemáticos es Moonlight, en Zaragoza, concebido de la mano del rapero y productor Kase.O. El proyecto fue diseñado desde sus cimientos con asesoría acústica profesional, planos adaptados a la sonoridad y una programación musical que huye de los éxitos prefabricados. Su propuesta es clara, ofrecer una experiencia de “paz auditiva”, un refugio donde se pueda trabajar, conversar y disfrutar sin la fatiga sonora de los bares convencionales.
Los hi-fi bars se consolidan como el nuevo referente para un público exigente, aquel que busca experiencias completas, auténticas y con carácter. Ya no son simples locales de copas, son templos del sonido, donde la música gobierna y el ruido queda fuera de juego. La hostelería y el ocio afrontan un reto claro, integrar acústica impecable, playlists de alto nivel y espacios diseñados para escuchar de verdad. El éxito de los hifi bars abre una oportunidad para el Perú, donde la gastronomía de talla mundial podría fusionarse con experiencias sonoras de alta fidelidad para atraer a un nuevo tipo de turista.