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El consumidor redefine las reglas del juego en la hotelería

Autor: 
Área de prensa de Horeca&Retail - Yanithza Mendoza Alvarado

El comportamiento del consumidor está en constante evolución, y con él, sectores clave como la hotelería también se ven influidos. Más allá de las temporadas, las decisiones de consumo hoy responden a una lógica más reflexiva, marcada por múltiples factores: económicos, sociales, tecnológicos y culturales. En este escenario, comprender al cliente se vuelve fundamental para mantenerse competitivo y rentable.

 

Un cliente más consciente y selectivo

Hoy no se trata de que laa personas no salgan, sino de cómo lo hace. La inflación, la incertidumbre económica y la saturación de opciones han hecho que las personas valoren más cada decisión de gasto. Buscan equilibrio entre calidad, precio y experiencia. Esto refleja que se sigue saliendo, pero con una mentalidad más racional. El valor percibido es ahora el eje central de la elección.

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El consumo en el sector hotelero no desaparece, pero adopta nuevas formas. Formatos como el brunch o el tardeo no son solo modas pasajeras: responden a una necesidad de disfrutar con control del presupuesto. Combinan el componente emocional con una gestión consciente del tiempo y del dinero. Estas nuevas fórmulas han ganado protagonismo porque se adaptan mejor a las rutinas actuales. Son accesibles, sociales y más equilibradas. Y los negocios que han sabido integrarlas han encontrado en ellas una vía sólida de crecimiento.

Diversificación y agilidad como demanda

El cliente actual diversifica sus hábitos. Busca experiencias más ágiles, eficientes y con buena relación calidad-precio. Por eso, conceptos como el fast dining ganan terreno: no se trata de comida rápida sin más, sino de propuestas bien ejecutadas, convenientes y alineadas con lo que el consumidor espera. Esto obliga al sector a repensar formatos, cartas, procesos y canales. Lo “rápido” ya no está reñido con lo “bueno”, y lo económico no significa necesariamente “barato”, sino ajustado al valor real de la experiencia.

Rentabilidad en un contexto desafiante

La gran preocupación del sector ya no es atraer clientes, sino mantener márgenes saludables en un entorno de costes crecientes. Energía, materias primas, alquileres o personal ejercen presión sobre la cuenta de resultados, mientras el consumidor es más sensible al precio. Aquí es clave la gestión estratégica del valor. No se trata de bajar precios, sino de justificar lo que se cobra con una experiencia coherente, clara y bien comunicada. 

El dato como motor de decisiones

La intuición sigue siendo valiosa, pero hoy necesita estar respaldada por información. El dato se ha convertido en una herramienta imprescindible para tomar decisiones más precisas y rentables. Conocer qué platos funcionan, cuándo se consume más o cómo varían los hábitos por zona geográfica permite optimizar recursos y adelantarse a las tendencias.

 

La hotelería, como otros sectores vinculados al consumo, opera en un entorno donde adaptarse ya no es una opción, sino parte de la normalidad. No hablamos de transformaciones estacionales, sino de una evolución constante del consumidor y sus expectativas. Las nuevas reglas no suponen una ruptura, sino un ajuste necesario a un cliente más informado, más exigente y más selectivo. 

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Fuente: 
INFOHORECA
Categoria: 
Hoteles
Tags: 
turismo
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