
La décima edición de los Latin America’s 50 Best Restaurants tiene a Central a la cabeza del listado. El restaurante insignia de los chefs Virgilio Martínez y Pía León forma parte de un movimiento que realza valores que traspasan fronteras.
Diez restaurantes en Lima y uno en Moray fueron ovacionados desde que comenzó la cuenta regresiva con el número cien. El momento culminante de la ceremonia de premiación organizada por 50 Best estaba por llegar. Tras un instante de silencio, el anuncio desbordó el entusiasmo de los asistentes. Entre destellos de colores, Central fue reconocido como el Mejor Restaurante de Latinoamérica.
La historia de Central empezó hace 13 años en la capital de Perú como “un pequeño restaurante familiar con un método de trabajo único, con un lenguaje distinto, con emociones que se sienten al momento y aquellas que te hacen pensar a futuro”, recordó el chef Virgilio Martínez durante una cálida charla en Mérida, la localidad mexicana que fue sede del festejo.
El restaurante ha pasado por un todo un proceso de evolución. El cambio más importante para el cocinero y su esposa, Pía León, fue mudarlo de Miraflores (después de una década de labores) a Casa Tupac en Barranco. Además de recuperar la antigua construcción, el diseño expresa un mayor apego al espíritu con el que nació el proyecto: “conocer y re-conocer” Perú para incentivar la exploración a través de sus diferentes ecosistemas
Ante el hecho de que Lima tenga una gran representación en la lista de los Latin America’s 50 Best Restaurants, surge una pregunta: ¿Qué tiene la escena gastronómica de la ciudad que la hace tan excepcional? Martínez respondió con claridad:
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“Estamos en un paso privilegiado donde hemos podido reconocer ambientes naturales fantásticos, ingredientes, productores, usos ancestrales. En Lima se ha generado un circuito gastronómico del cual se ha hablado desde hace mucho tiempo a nivel mundial. Eso es motivo de gran orgullo y responsabilidad”.
Evolucionar por el bien común
Central ha sido nombrado el Mejor Restaurante de Latinoamérica cuatro veces. Lo valioso de este reconocimiento, en palabras de Pía León (quien también lidera Kjolle) es evidenciar la constancia del trabajo que realiza todo el equipo inmerso en el proyecto, la familia; de aquello que hace de este quehacer algo único y la manera en la cual fluye la comunicación.
“Siempre estamos innovando. Cada mes salimos con algo nuevo, teniendo como un satélite importante a Mil en la cordillera, igualmente cambiante. Central ha crecido y eso nos ha hecho más consistentes, perfeccionistas, buscando complacer no sólo a los que están sentados, también a los que estamos en el trabajo en sala, en cocina, en la estación. La parte de investigación ha sido brutal y eso nos ha hecho cambiar, nos ha hecho ver cosas que antes como cocinero no podíamos ver”, enfatizó Virgilio Martínez, anteponiendo la labor colaborativa de Mater Iniciativa.
Gracias a ella, tanto Central como Kjolle han encontrado diferentes rutas para seguir innovando, promover la creatividad y transmitir mensajes de diversidad, inmensidad, abundancia, cultura y tradición.
“Eso es lo maravilloso: tener diferentes formas de comunicar y lograr que los mensajes sean accesibles para todos. La gente que va a los restaurantes sabe que pueden nutrirse de alimentos, pero también de conocimientos. Nosotros nos nutrimos de construir todas las historias a través de la investigación, el arte y la puesta en escena”, refiere Malena Martínez, codirectora de Mater Iniciativa.
Entre las tareas que realiza la organización interdisciplinaria está la formación de equipos y conceptos que generen un impacto positivo, y contribuyan a preservar la agrobiodiversidad, y rasgos culturales de distintos grupos humanos. Actualmente trabaja con 180 personas de dos comunidades campesinas de la cordillera de los Andes con las cuales ha compartido buenas prácticas de alimentación que ya han comenzado a replicar en sus hogares.
Más allá de la geografía peruana
En los últimos años el concepto de Central se ha exportado a otros países como Rusia con Olluco, Japón con Maz y México con Estero. El chef Virgilio explicó que la intención desde un principio fue replicar, de manera muy cuidadosa, el método Mater. “Era una manera de demostrar que no sólo era aplicable a Perú”. Pues su misión es crear una red expandible que se fundamente en el entendimiento profundo de alimentos, naturaleza, culturas y entorno.
En ese sentido, Malena sumó: “Hemos hablado de cruzar las fronteras porque claramente hablar de ingredientes, es hablar de bastante más que de un país. Al final los ingredientes se comparten y desde hace muchos años atrás han viajado. Por eso no sólo agradecemos al equipo que conforma nuestros restaurantes en las diferentes ubicaciones, sino a todos aquellos que se aventuran a utilizar la gastronomía como esa plataforma para visibilizar sus conocimientos”.
Fuente: forbes.pe